Ser padres frente a las paradojas del mundo moderno – Parte III

  1. La tarea de ser padres, tal como la presentan los medios de comunicación, parece una experiencia de color rosado Versus La realidad de ser padres

En un artículo anterior [1] hice una crítica a los medios de comunicación centrada en las imágenes idealizadas de mamá y papá que difunden. Cito: “La publicidad televisiva, por ejemplo, nos bombardea con imágenes en las que la maternidad aparece idealizada, con mamás que parecen más cercanas a los ángeles que a mujeres de carne y hueso. Ciertos dibujos animados para niños, como es el caso de Caillou [2], también sugieren una parentalidad “rosadita”, como diría una amiga, donde todo es paz y amor por parte de los padres hacia sus hijos. Así, un momento de juego en el jardín, gracias a mamá, se convierte en un picnic de ensueño y una visita al museo finaliza con Caillou y su papá cantando y bailando juntos alegremente”. La importancia de detenernos a pensar en dichas imágenes es que es a través de ellas que construimos nuestra parentalidad, y es a través de ellas también que nos miramos, nos evaluamos y nos medimos en nuestro rol de padres. Cuando en una charla para padres introduje esta revisión crítica, una mamá muy espontáneamente dijo que ser padres era una experiencia no de color rosado sino de color fucsia, cuando menos. Para la mayoría de mamás y papás con los que he tenido la oportunidad de dialogar, ser padres es una experiencia compleja, una ardua tarea y, en palabras de un médico padre de familia con el que conversé hace algún tiempo, “es la tarea más difícil del mundo”. Algún otro padre de familia, también asistente a una de mis charlas para padres, comentó: “Como hijos crecimos sintiendo miedo a nuestros padres y ahora como padres vivimos sintiendo miedo de nuestros hijos”. Estos comentarios provienen de comunicaciones honestas y experiencias reales y parecen ser lo más cercano a la realidad de ser padres. En esta misma línea, recuerdo a una querida amiga cuando fue madre por primera vez. Ella se sentía cansada por la falta de sueño y por la interminable rutina de cuidados que su hijita recién nacida requería; aislada, pues pasaba todo el día sola con su niña mientras su esposo trabajaba; aburrida, pues extrañaba su trabajo, así como sus otros quehaceres y actividades; triste, producto del tsunami hormonal del post parto, de la falta de sueño y del aislamiento. Para ella, como para muchas de nosotras, no era nada sencillo quedarse a tiempo completo cuidando de su bebé, alejada del trabajo que la hacía feliz, alejada del mundo adulto, alejada en suma de su vida de mujer libre e independiente. En una reunión de mamás en el parque frente a su casa, ella – que es muy genuina y espontánea – se atrevió a comentar frente a las otras mamás que estaba muy cansada, que ya no podía más y, a modo de broma, que a veces sentía que quería pasar a su hija “por el wáter”. Lo que recibió a cambio de este comentario, fueron las miradas de reprobación de las otras mamás a través de las cuales mi amiga se sintió muy mal con ella misma y, sobretodo, muy culpable de sus sentimientos. Y esta experiencia es muy común: que no hablemos de lo difícil que es ser mamás y papás, que reservemos nuestras luchas internas y nuestros dolores, sufrimientos y frustraciones para nuestro interior y no expresemos lo que verdaderamente sentimos, incluso ni siquiera a nuestro esposo o esposa. [3] Todo ello porque, entre otros factores, tenemos dentro y fuera de nosotros la imagen de que ser mamá y papá es una experiencia de color rosado, donde la paciencia, la dulzura, la comprensión, el amor, la paz y la perfección reinan; una imagen en la que ser padres debería ser la experiencia más maravillosa del mundo. Y a esto contribuyen significativamente los medios de comunicación que nos presentan modelos o estereotipos de mamá y papá idealizados.

Termino aquí este post con muchas ganas de seguir escribiendo y reflexionando junto con ustedes. Cualquier comentario, opinión o idea para complementar este post, son bienvenidos. ¡Que tengan un lindo día!

Con amor,
Joan


  1. Ver http: https://entremamasypapas.com/ser-padres-desde-nuestro-interior-2/
  2. Caillou es una serie de televisión de dibujos animados dirigida a niños en edad pre-escolar. Si bien me gusta Caillou, mi crítica se dirige a que el modelo de padres que presenta es un modelo de padres idealizado, en muchos aspectos alejado de la realidad.
  3. Es como si hiciéramos a un lado o escindiéramos (o separáramos) una parte importante de nuestra experiencia auténtica y, luego, esta se volviera persecutoria, llenándonos de ansiedad, de culpa, entre otras emociones negativas.